El ferrocarril y España una larga historia resumida

A la Península el tren no arribó hasta 1848, una vez que se inauguró con todo boato la línea Barcelona-Mataró, de 29 kilómetros y que sigue hoy en uso.

Cuadro sobre la inauguración del ferrocarril entre Gijón y Langreo en 1852.

 La siguiente línea ha sido en 1851, de Madrid a Aranjuez y que hoy pertenece a la línea C-3 de la red de Cercanías.

 No obstante, como se ve, al rededor del siglo XIX el tren todavía estaba bastante reducido.

 La razón era la reticencia del entonces regimen moderado a fomentar su creación.

 La gran extensión del tren vino con la asentimiento de la Ley de Trenes en 1855 por parte gubernamental progresista.

 A la inversa que los moderados, los progresistas creían que el tren era imprescindible para la modernización y desarrollo del territorio.

 De esta forma, la ley impulsó de forma definitiva la obra del mismo por toda España.

 Tal, en cuenstión de trece años se construyeron centenares de kilómetros de tren.

 El centro de la red podría ser Madrid, como ya ocurría con las carreteras. La inmediata extensión se debió a la participación entre organizaciones extranjeras (sobre todo francesas), españolas y el regimen. De esta forma, se inventaron algunas compañías ferroviarias. Las primordiales fueron la MZA (Madrid-Zaragoza-Alicante), la Compañía de los Senderos de Hierro del Norte y la Compañía de Trenes Andaluces.

La gran expansión del ferrocarril en el siglo XIX.

 Este caso, con diferentes compañías gestionando las líneas de tren españolas, se prolongó un largo tiempo. Una vez construidos muchos kilómetros, el proceso de extensión se detuvo y pasó a aseverarse su mantenimiento en los próximos años. El esfuerzo española en la obra del tren ha sido brutal y las ventajas fueron menores de lo deseado sin embargo sí se alcanzó articular el territorio y mejorar de forma considerable el transporte. 

 La extensión de la red ferroviaria de España se truncó con la Guerra Civil de España de 1936 a 1939, que dañó seriamente las infraestructuras. Una vez en el poder el dictador Francisco Franco, el regimen tomó una elección que ha sido parecido a la de las naciones comunistas: nacionalizar todos los trenes de ancho de vía ibérico en 1941. De esta forma, cada una de las compañías privadas existentes a partir del siglo XIX desaparecieron, naciendo la Red Nacional de los Trenes Españoles (RENFE). Referente a los trenes de vía estrecha, que en España son solo varias líneas en el norte, mantuvieron su libertad y siguieron siendo gestionados por organizaciones privadas hasta que en 1965 fueron además nacionalizados, naciendo los Trenes Españoles de Vía Estrecha (FEVE). 

Antiguo logo del monopolio del ferrocarril en España: RENFE.

 Tras la Transición a la democracia, se empezó a dejar de operar muchas líneas de tren que no eran económicamente rentables, de forma que la red se disminuyó sustancialmente: en 1985 se clausuraron nada menos que 914 km y 132 estaciones. Además en dicha etapa se transfirieron muchas vías a las sociedades autónomas. En las enormes localidades y sus zonas metropolitanas nacieron paralelamente los servicios de Cercanías  para trayectos cotidianos. 

 Esta tendencia a cerrar trenes se invirtió en 1992, una vez que se inauguró la primera línea de alta rapidez en España: el AVE (Alta Rapidez Española) Madrid-Sevilla, que llega a conseguir velocidades de 300 kilómetros por hora e inclusive más. Las líneas de alta rapidez se convirtieron en un signo de la modernidad española y todos los gobiernos a partir de entonces se han lanzado a edificar más y más tramos, siendo España en la actualidad el segundo territorio de todo el mundo con más kilómetros de tren de alta rapidez, tras China. Estas líneas se construyeron ya con ancho de vía europeo, por lo cual en la actualidad conviven 3 anchos de vía diferentes en los trenes españoles: europeo, ibérico y estrecho. 

 Mapa de la actual red de ferrocarril en España: en azul la alta velocidad (ancho de vía europeo o estándar), en rojo el ancho ibérico y en verde el ancho estrecho (FEVE).

 RENFE continuó teniendo el monopolio de la red de tren tras la Transición pero la unión a la Sociedad Europea y el principio de la liberalización del sector motivaron que RENFE fuera dividida en 2005 en 2 organismos, paralelamente públicos: el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) y Renfe Operadora. ADIF se ocupa de la administración de la infraestructura, o sea, las vías y las estaciones de tren, mientras tanto que Renfe Operadora se ocupa del transporte de pasajeros y mercancías así como del material ferroviario (trenes). Escogió dejar el nombre de Renfe al organismo más cercano a los pasajeros, gracias a su fama. Tal cual, en la actualidad se puede mirar el nombre de ADIF en las estaciones y el de Renfe en los ferrocarriles y los billetes. 

 El último gran cambio que hubo en la red de tren ha sido el fin de FEVE en 2012, que quedó incluido de forma definitiva en ADIF y en Renfe Operadora.

Fuente: Breve historia del ferrocarril en España | El blog de César MB (elblogdecesarmb.blogspot.com)

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